MI DIARIO DE CAMPO BEIDA
sábado, 18 de mayo de 2013
sábado, 11 de mayo de 2013
REFLEXIÓN SOBRE LA PRACTICA DOCENTE
COMO
HE MODIFICADO MI PRACTICA DOCENTE
Si bien es verdad, que las
narraciones han servido de gran utilidad para entender, comprender nuestra
historia y a raíz de todas esas vivencias se ha tenido la oportunidad de
profundizar aprendizajes y conocimientos históricos.
Hay que entender que la enseñanza
de la historia tradicional solo era escribir y su libro de texto, ahora existen
nuevas estrategias que motivan al alumno sobre su pasado, presente y por ver
hacia el futuro, despertando el interés por conocer su comunidad, ciudad,
estado, país y otros continentes sobre como vivimos, que sucede actualmente y
así. Haciéndolo reflexionar sobre
hechos.
Al reflexionar mi práctica
docente me he dado cuenta que algunas de las actividades que proponía en muchos
de los casos carecía de sentido para los niños. Me he podido dar cuenta que hay
otras alternativas que pueden hacer de mi trabajo un espacio propicio para el
aprendizaje de la historia, solo es cuestión de ponerlas en práctica.
El uso de entrevistas como
fuentes de información históricas, el uso de preguntas generadoras, las visitas
a lugares históricos y el análisis de objetos de imágenes entre otras. Se
muestran como alternativas favorables para lograr que los niños alcancen
conocimientos y aprendizajes que tengan significado para ellos.
lunes, 6 de mayo de 2013
REFLEXIÓN PERSONAL DE LA FACTIBILIDAD
REFLEXIÓN
PERSONAL
La historia no es una secuencia de hechos aislados que se dan al azar
como un evento aleatorio que no tiene causa y origen. Por el contrario la
historia nos enseña que todos los sucesos se fundamentan en causas sociales,
económicas, políticas y culturales propias de las relaciones humanas.
En este sentido la historia tiene la necesidad de apoyarse en otras
disciplinas de las ciencias sociales para explicar los hechos: llámese
sociología, antropología, geografía, literatura etc. Todas estas ciencias
contribuyen desde su trinchera en la explicación de los hechos históricos, aportando datos,
elementos, lugares, relaciones humanas etc.
Es necesario que el maestro desarrolle la capacidad para proponer
actividades de aprendizaje de la historia vinculándolas con la formación cívica,
español, geografía para que el niño alcance aprendizajes que tengan significado
para el y no sean una mera acumulación de fechas y datos.
HISTORIA FORMADORA DE VALORES
LA HISTORIA FORMADORA DE VALORES
La
familia es la que da el primer paso en la enseñanza de valores como el respeto,
tolerancia, responsabilidad, bondad, honradez e igualdad abriendo camino a la
sociedad en la que se desenvuelve el alumno.
La
enseñanza de la historia es transmitir a la sociedad elementos que los hagan
reflexionar, analizar, modificar y por que no una última critica que forme en
los alumnos una conciencia histórica para no
repetir esa parte del pasado.
La historia incorpora
a los alumnos en la participación de mostrar o designar respeto hacia nuestro
pasado y a la vez nos hace reflexionar con nuestro presente, haciendo que el tenga una mejor comprensión.
Los valores se enseñan
y se aprenden mediante el transcurso de nuestra vida familiar, escolar y en lo
social. El profesor define la capacidad de ser consciente y responsable.
Los valores de la
historia serian igualdad, respeto y tolerancia, agregándose la honradez,
responsabilidad y bondad. Permitiendo que la asignatura de formación cívica
vincule con historia y español haciendo uso de la transversalidad de temas con
otras asignaturas. De igual manera la historia favorece la formación de valores
cívicos que se refieren a que el individuo adquiera una identidad nacional
nutrida por la riqueza histórica, costumbres y tradiciones propias de nuestro
país. La identidad nacional fortalece el amor a la patria el reconocimiento de
nuestros héroes así como de los hechos históricos que han forjado nuestra
sociedad.
sábado, 13 de abril de 2013
MI OPINION DESPUES DE HABER LEIDO SOBRE LA MUERTE DE MAXIMILIANO DE HABSBURGO
MUERTE DE MAXIMILIANO DE HABSBURGO
El fusilamiento del Archiduque
Maximiliano de Habsburgo, al lado de los generales conservadores Miguel
Miramón Y Tomas Mejía, ocurrido el 19 de junio de 1867, constituye el epilogo
del Segundo Imperio Mexicano, infructuosa aventura en que se pretendió
establecer una monarquía en nuestro país, encabezada por un príncipe
extranjero.
Después de que las tropas francesas lograron entrar a la capital, Maximiliano se estableció al frente de un "Imperio" que se caracterizó por su inestabilidad, tanto política como económica y militar, pues si bien las principales ciudades mexicanas se hallaban en manos de las tropas intervencionistas, la inmensa mayoría del territorio permanecía bajo control de los republicanos. A principios de 1866 el emperador de Francia, Napoleón III, decidió comenzar el retiro de sus tropas a partir del otoño del mismo año. Sin el apoyo del Ejército Francés, Maximiliano comenzó a perder territorio rápidamente. Desde todas las regiones del territorio nacional, grandes contingentes al mando de destacados generales como Porfirio Díaz, Nicolás Régules, Mariano Escobedo y Vicente Riva Palacio entre otros avanzaron inexorablemente hacia el centro del país. Maximiliano terminó por refugiarse en Querétaro el 19 de febrero de 1867, acompañado por las fuerzas que aún le eran leales. Poco después fue sitiado por cerca de 10,000 soldados del Ejército Republicano, al mando del General Mariano Escobedo y durante las semanas siguientes se libraron enconados combates llenos de episodios heroicos. Para abril de ese mismo año, la situación de los sitiados era desesperada, aún así resistieron hasta el 15 de mayo, fecha en que las tropas republicanas entraron a la ciudad. Prisioneros en Querétaro, los imperialistas fueron sometidos a un juicio que se ajustaba a la ley del 25 de enero de 1862, según la cual se ejecutaría contra las personas que hubieran atentado contra la independencia de México. Un tribunal integrado por Platón Sánchez y Manuel Aspiroz, los condenó a muerte. Maximiliano, Miramón y Mejía fueron fusilados al pie del Cerro de las Campanas a las siete de la mañana del 19 de junio de 1867. |
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